La Piña Wiki
Advertisement

Capitan Jack Hammer, orgullo de la compañia 101 aerotrasportada, inspiró a los soldados durante la dura campaña de la Segunda Guerra Mundial en los momentos más delicados, como la Batalla de las Ardenas. Se mostró ante sus camaradas como un símbolo incansable e incorruptible, un ejemplo de soldado inmortal al que las balas no hacian mas que enfurecer su odio por los enemigos de la patria y la libertad. Un ejemplo para sus camaradas no solo en la batalla, si no como pilar de la moral.

Por ello fue escogido por su ejército para portar unos brazos mecánicos de última tecnología, capaces de convertir al héroe en superhéroe. Hubo presiones para que entrase en el grupo "Men of Tomorrow", el cual EEUU quería tener bajo control por sus ideas "extremadamente idealistas". Jack. que entró como espía, acabó dividiendo su lealtad en ambas partes por igual. Fue un buen soldado y un buen "Men of Tomorrow".

En el año 1954 participó por última vez como "Men of Tomorrow" en acto de servicio. Ayudó a recuperar sus equipamientos del Museo de Munich, subió a la plataforma voladora sobre Berlín junto a sus compañeros, derribando algún avión ruso desde el ala del avión de The Cloud, donde se sujetaba con su brazo mecánico.

Tras saltar sobre la plataforma, se enfrentan a Sigurd y varios secuaces, que intentan acceder a la plataforma. Casi cae al vacío (salvandose en el último momento, agarrandose con el brazo mecánico) por un mal salto de una parte a otra de la plataforma.

Una vez dentro, pudo comprobar que el culpable de todo era su camarada y amigo Apolo. Al ver que era imposible razonar con él, que era una especie de golem, le golpea con su brazo mecánico (sin conseguir nada), agarrándose a el al igual que Exiled o Sigurd , para evitar que salte sobre Berlín cargado de energía y la destruya.

La plataforma comenzó a desintegrarse por las descargas de Apolo, y aún así permaneció agarrado a él, hasta que no pudo aguantar las embestidas de energía y salió despedido por los aires, cayendo fuera de la plataforma voladora y falleciendo tras una larga caida, estampándose entre los dos muros que separan Berlin. Tuvo tiempo de pronunciar sus ultimas palabras por radio mientras caía: "Ha sido un honor servir con ustedes."

Sin embargo, los brazos mecánicos de Hammer fueron recogidos por sus propietarios legítimos, el gobierno de EEUU. En la década de los 90, 40 años después, fueron entregados al multimillonario Mark Wesker, un genio de la ciencia, que investigando sobre esta tecnología consiguió superar con creces la maravilla técnica del brazo de Hammer, creando un supertraje capaz de llevar a los soldados occidentales a luchar en igualdad de condiciones contra los metahumanos en las guerras actuales.

Advertisement