Los derros son el escaso fruto de una relación entre un progenitor enano y otro orco, sin importar el sexo de cada cual. Físicamente, son enanos más grandes de lo habitual, pero manifiestan unas mandíbulas más desarrolladas y su piel es de tonos terrosos, con músculos muy marcados y fuertes. Estos mestizos son un fruto común ya que los orcos y los enanos, pese a que antiguamente congeniaban mal, en tiempos más recientes han estrechado sus relaciones y a la larga orcos y enanos acaban fraguando relaciones férreas. Los derros son fruto de algunas estas relaciones entre individuos de distinto sexo.